Cuando tenía 15 años, estaba en 2º de la ESO… bueno, porque había repetido curso (nadie es perfecto, ¿no?).
No era el mejor estudiante, pero había algo que siempre se me daba bien, hacer reír
En la asignatura de “Artístico” construimos un teatro con cartón, papel de periódico y globos. Era sencillo, pero se convirtió en mi herramienta favorita.
¿Por qué? Porque mi profesor de “Naturales”, Rafa (un crack, por cierto), decidió que los últimos 5 minutos de su clase los jueves eran míos para contar chistes.
Sí, chistes Ahí estaba yo, con mi teatro de cartón y toda la clase partiéndose de risa.
Lo curioso es que no era el típico payaso de la clase. Era más bien el que aprovechaba cualquier oportunidad para arrancar una sonrisa.
Hoy, ese teatro de cartón se ha convertido en escenarios de toda España. Desde bares, locales, teatros como el Trui, Mar y Terra, y el Principal, hasta TV (IB3, Telecinco) y Radio (Radio Marca, RAC Mallorca).
Y mi propósito sigue siendo el mismo:
hacer que la gente se ría, desconecte y se lleve algo que recordar.
Porque al final, si un profesor de “Naturales” me dió la oportunidad de empezar a soñar, ¿Hasta dónde llegaré?